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En Cartago aún se encuentran los juguetes, que antes, hace varias décadas, fueron el sueño navideño de muchos niños: trompos, yoyos, caballitos de palo, trastes, cocinitas e implementos para jugar de casita, aún se venden en Cartago.
En la memoria de muchas personas están esos, los juguetes “de antes”, por los que se esperaba todo un año a que viniera el Niño Dios. Pareciera que estos juguetes son del pasado, ya que hoy en día estamos acostumbrados al plástico, a juguetes “escandalosos” que solo funcionan con baterías y sin ellas la magia se acabó. Sin embargo, los juguetes de antes, todavía tienen una oportunidad hoy día en Cartago, ya que existe un lugar que ha detenido el tiempo para ellos; se trata de la ferretería González Carranza, propiedad de los Hermanos Muñoz.
En esta ferretería usted encontrará juguetes muy particulares, como el famoso y difícil de encontrar Muñeco Paco (el original de hule), los trastes, cocinitas, caballitos de palo, trompos, yoyos, boleros, solo por citar algunos.
Según dice Juan de Dios Muñoz gerente de la ferretería estos juguetes son comprados por personas que se sorprenden de que alguien aún los venda y son llevados para que niños de de 1 a 90 años se entretengan con ellos:
"Aquí usted encuentra cosas que en ningún otro lugar de Cartago hay, estos juguetes ya casi desaparecidos son un ejemplo, los chiquitos de hoy no saben de los lindos ratos de entretenimiento que nos dieron a los viejos los caballitos de palo, o las jugadas de trompo después de la escuela, el uso de estos juguetes tradicionales debe ser preservado para las futuras generaciones de niños para que los usen junto con los juguetes modernos" indicó Juan de Dios Muñoz.
Si usted es un niño de 40, 50, 80 o más años, y en esta navidad quiere darse un regalito como los que tuvo cuando era niño, o quiere compartir uno de ellos con algún amigo o familiar, o incluso si quiere regalar un juguete tradicional a sus hijos, tome un momento, camine a este local comercial y al atravesar su puerta, se devolverá en el tiempo, es probable que ahí encuentre uno de aquellos juguetes que le alegró la navidad en el pasado.